- Aceite de oliva
- Romero
- Pimienta
- Sal.
Hacer unas cebollas asadas no tiene mayor misterio, y siempre será una buena decisión a la hora de elegir una guarnición para nuestros platos.
Para cocinar las cebollas asadas, tan solo tendremos que pelarlas y partirlas a la mitad. Las disponemos después en una fuente y las regamos con un hilito de aceite.
Les echamos sal, romero y pimienta a gustos. A continuación, introducimos la fuente en el horno precalentado a 200ºC y las dejamos hacer hasta que estén tiernas (dependiendo del tamaño de las cebollas, el tiempo será mayor o menor).
Durante la cocción, si viéramos que se quedan muy secas, las volvemos a regar con otro hilito de aceite.
En el momento en que las cebollas asadas estén blanditas, ya las podremos servir acompañando a nuestros platos de carne o pescado.
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